La experiencia de Lucas Martínez sobre sus estudios en IHE Delft y el desarrollo de su investigación.
Realizar la maestría en el exterior con las Becas ANII-UNESCO fue una experiencia que guardo en el mejor de mis recuerdos. Participé del programa de doble titulación entre Colombia y Holanda, dos países totalmente distintos, pero ambos con gran nivel académico. Estudiar ingeniería de aguas y conocer casos de éxito, primero en un país tropical latinoamericano y luego en un país templado europeo, me sirvió para entender que las tecnologías más apropiadas son caso a caso.
También debo destacar lo enriquecedor del intercambio cultural, especialmente en el IHE, una institución que pone a estudiar juntos a estudiantes de más de 160 países. Luego, desarrollar el trabajo de tesis en Uruguay, aplicando en el "terreno local" los aprendizajes de la maestría, fue un buen paso preparatorio para la posterior reinserción laboral. Respecto a mi proyecto de tesis, yo quería trabajar sobre la eutrofización y la recuperación de recursos, aplicando tecnología de tratamiento de efluentes. Mi investigación consistió en evaluar en el laboratorio el potencial de generación de biogás de las cianobacterias, tan infelizmente famosas en los últimos tiempos.
Para ello recolecté muestras de un tajamar hiper-eutrofizado en el Centro Regional Sur de la UdelaR, que también cuenta con un tambo experimental. Como inóculo anaeróbico tomé muestras del lodo de una laguna anaerobia y, para comparar con una matriz conocida, también se recolectó el efluente bruto del tambo. Los resultados de laboratorio indicaron que el potencial de generación de metano (BMP) de la ‘sopa’ de cianobacterias es tan alto como el BMP del efluente de tambo, el cual ya es utilizado en establecimientos de Uruguay y el mundo para la generación de biogás. Se concluye que, si fuera superado el desafío de la remoción mecánica a gran escala de las cianobacterias, éstas podrían tener como destino final la digestión anaeróbica para la generación de biogás y el reciclaje de nutrientes.
Imagen: recolectando las cianobacterias del tajamar con una red de fitoplancton